A continuación reproduzco una entrevista que realicé a Laura Bernal. Fue en el año 2010 para una optativa de 3º de carrera, probablemente la mejor asignatura que tuve, o al menos una de las más útiles.

Y es que el trabajo y la humildad han sido también determinantes en su, por ahora, breve aunque significativa carrera deportiva, la cual la llevó a militar la pasada temporada en las filas del Atlético de Madrid B, equipo con el que consiguió ganar la liga. “El año pasado con el ‘Atleti’ fue muy bueno. Llegaba a Madrid desde mi isla para estudiar y de paso hice las pruebas y me cogieron. No pensé que fuese a tener tan buen inicio, y al final incluso ganamos la liga, con lo que estoy muy contenta”. Este año, aunque no se conforma con el segundo puesto logrado, reconoce que “tampoco está mal”.
Esta futura enfermera, siempre con una sonrisa en el rostro, me recibe en su casa. Al entrar, encuentras el típico piso de estudiantes cercano a la época de exámenes, con libros y apuntes por todas partes y un pequeño aunque comprensible desorden. Y es más entendible aún cuando se tienen que compaginar los estudios con el fútbol, un aspecto que admite que es difícil, pero que ha sabido llevar, demostrando la responsabilidad y madurez que en todo momento desprenden sus palabras.
“Por las mañanas tengo que ir a las prácticas en el hospital, por las tardes a clase y por las noches a entrenar… Termino agotada, porque me levanto muy temprano y, al llegar tarde del entrenamiento, me acuesto tarde, con lo que al final de la semana lo único que me apetece es dormir la siesta, pero también tengo que hacer otras cosas. Tampoco es fácil el estar lejos de mi familia, y menos cuando apenas tengo libre algún fin de semana para ir a mi isla, dado que siempre tengo algún partido. En cualquier caso, pienso que es algo que me gusta y merece la pena el esfuerzo”, asegura.
“Al principio me
asustaba jugar a puerta, pero me acabó gustando”
Su
gusto por el fútbol comienza siendo ella pequeña, jugando con sus amigos del
barrio. Sin embargo, no es hasta los 14 años de edad que, siguiendo el ejemplo
de su hermana mayor, tiene la posibilidad de apuntarse en un equipo.
Pero
no siempre quiso ser portera, sino que, de hecho, cuando iba a ver a su hermana
jugar, le atraían más el resto de posiciones. No obstante, cuando se jugaban
amistosos en los entrenamientos y ella participaba, el entrenador le indicaba
que se pusiera de portera. “Me decía que me pusiera a puerta por probar, porque
solo tenían una portera, y al final resultó que yo era mejor. Cuando entré definitivamente
en el equipo, el entrenador me mandó directamente a la portería. Al principio
me asustaba un poco, pero me acabó gustando”.
En
cuanto a las cualidades que debe tener un buen guardameta, señala que hay que
saber posicionarse y tener flexibilidad, agilidad y muchos reflejos. Sin
embargo, hace especial hincapié en el factor psicológico. “Un portero, sobre
todo, tiene que ser fuerte de cabeza, porque a muchas personas les meten goles
y se derrumban. Y si un portero se derrumba, el resto de jugadores también se
derrumban con él; muchas de mis compañeras de equipo me lo dicen, que si no
confío en mí misma, ellas no pueden confiar en mí”.
Cuando
habla sobre su referente y portero favorito, Iker Casillas, su sonrisa se
amplía aún más si cabe. “Yo siempre he sido del Real Madrid, con lo que me he
fijado en sus jugadores. Cuando veo lo bueno que es Casillas, con
los grandes reflejos que tiene y el posicionamiento… Para mí, es el mejor
portero del mundo. Es cierto que hay otros porteros que le ganan en otros
aspectos, pero yo creo que Iker es el más completo de todos”. Además, en lo
referente a qué guardametas llevaría ella con el combinado nacional para jugar
el próximo Mundial en Sudáfrica, afirma que en su lista estarían el propio
Casillas, Diego López y Víctor Valdés como tercer portero, de quien reconoce
que “está haciendo una muy buena temporada”.
“Jugar contra la
Selección Española fue algo muy bonito”
En
Lanzarote, Laura estuvo siempre en el Orientación Marítima, del que dice
ser el equipo de toda su vida. “Es como una familia, allí jugamos por afición y
no nos pagan”. Sin embargo, a la pregunta de en qué club se ha sentido más a
gusto, no sabe si elegir el Orientación Marítima o el Atlético de Madrid, en el
que también destaca haber vivido un gran compañerismo. Además, considera que el
mejor entrenador que ha tenido ha sido el del equipo colchonero. “Pedro ha sabido
siempre llevar al equipo, tanto física como psicológicamente. Sabe tratar muy bien a las chicas, que son diferentes a los chicos.”
Recuerda
algunos momentos de su carrera con especial cariño, como el día que ganó la
liga con el Atlético de Madrid, los viajes con el Orientación Marítima… “Sobre
todo me acuerdo”, precisa, “de un encuentro en La Palma en el que nos jugábamos
no descender. Como empatamos, después de jugar, estábamos en el vestuario
esperando el término de un partido del que dependíamos para mantenernos en la
liga. Al final lo conseguimos y salimos a celebrarlo al campo, e incluso se nos
acabaron uniendo las chicas de La Palma en la celebración”.
“Como
partido, me quedo con el que jugué con el ‘Atleti’ contra la Selección Española
en Madrid. Fue muy bonito”, señala.
Sin
duda, el fútbol es una de sus mayores pasiones y no puede vivir sin él, aunque
intenta tomarlo más como una afición, puesto que considera que nunca le dará "de comer". Aparte, tiene otras muchas aficiones, como ver el tenis y, al igual
que la mayoría de los jóvenes, escuchar música y salir con sus amigos.
Deportivamente
hablando, su mayor aspiración sería la de jugar algún día en la Selección Española,
algo que reconoce entre suspiros, dado que, a pesar de sus 19 años de edad,
cree que ya es tarde para lograrlo. “Se me ha pasado un poquito el arroz”, dice.
“Mi padre siempre
me ha apoyado”
Laura comenta, notoriamente decepcionada, que existen casos en los que los padres de
algunas chicas que quieren jugar al fútbol no ven bien que sus hijas lo lleven
a la práctica simplemente por lo que puedan llegar a pensar terceras personas.
Concretamente, su delegada le ha hablado en alguna ocasión sobre su caso, en el
que, cuando era joven, llegaba hasta el punto de que tenía que esconder de sus
padres el hecho de que se dedicaba a ir a entrenar.
Por
suerte, su caso siempre ha sido diferente. “Yo le dije a mi padre que quería
jugar al fútbol y él, encantado. Me llevaba a entrenar, me recogía, me iba a
ver a los partidos… Él siempre me ha apoyado, pero hay algunas personas que no lo entienden”.
Tampoco
le parece lógica la disparidad de sueldos entre hombres y mujeres. “No entiendo
cómo un jugador de Primera División puede ganar 10 millones de euros y una
jugadora de la misma categoría no llegue ni a los 6.000. Ojalá se vaya nivelando
poco a poco la cosa, pero lo veo complicado”. “Hoy día aún hay machismo en el
mundo de fútbol”, sentencia.
“No sé si seguiré
en el Rayo el año que viene”
En
lo que a su futuro se refiere, a Laura Bernal le gustaría seguir dando guerra
deportivamente hablando, pero admite no haberlo pensado demasiado, y que lo más
importante es sacar adelante la carrera de enfermería, aunque le gustaría
seguir compaginando el fútbol con el trabajo.
“¿Pero
te veremos en el Rayo el año que viene?” “No lo sé”, responde. “Mi contrato
acaba en junio y no he pensado más allá; tendría que negociar con la directiva
a ver si me suben un poco el sueldo, pero aún no lo sé”.