Aunque los
originales aparecieron hace décadas, todavía existen sagas de videojuegos que
perviven en el panorama actual de consolas, con nuevas versiones que tienen
tanto éxito o más que sus predecesoras. Son clásicos que han sobrevivido
gracias a su espectacular manera de adaptarse a las necesidades de los
jugadores y a las distintas épocas.

Luego les
llegó el turno a otros tan fantásticos como Super Mario Sunshine, de GameCube;
Super Mario Galaxy, de Wii; o Super Mario 3D Land, de Nintendo 3DS. Hasta
llegar al reciente y absolutamente genial Super Mario 3D World, de Wii U, que,
al igual que los anteriores, aparte de conservar el espíritu tradicional de la
saga, también explota al máximo las posibilidades de la plataforma; además, es
el primer título en alta definición del célebre fontanero y una obra maestra
imprescindible.
Otra saga
que poco tiene que envidiarle es The Legend of Zelda, también creada por
Miyamoto y Nintendo. Nace en 1986 en la NES, y desde entonces, entrega tras
entrega, los periplos del joven Link se han ido superando. Aún así, destacan
especialmente The Legend of Zelda: A link to the past, de Super Nintendo, y The
Legend of Zelda: Ocarina of time, de Nintendo 64, considerado uno de los
mejores videojuegos de la historia.
Más recientes son The Legend of Zelda:
Skyward Sword, de Wii, o el remake de The Legend of Zelda: Wind Waker –original
de GameCube- para Wii U. Asimismo, algunas de las filtraciones sobre la próxima
entrega revelan que será un título que romperá con ciertas convenciones y que
explotará al máximo las posibilidades del mando de Wii U. Se postula para
finales de año y seguro que, una vez más, será uno de esos juegos por los que
merece la pena comprarse una consola.

Sea como
fuere, existen muchas otras sagas que, aunque algunas nacieron algo más tarde,
son consideradas clásicas y todavía resisten hoy en día. Es el caso de Metal Gear Solid, Mario Kart, Resident
Evil, Sonic, Prince of Persia, Donkey Kong, Tomb Raider, Fifa, Gran
Turismo o Grand Theft Auto, entre otros.
Artículo publicado en La Provincia.
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