miércoles, 7 de septiembre de 2011

La bandera de Gran Canaria costará 30.000 euros al año

El Presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, ha decidido que la bandera de la isla vuelva a ondear en la ciudad, cuatro años después de que fuera retirada por el anterior grupo de gobierno.

Pero atención, porque costará unos 30.000 euros al año, para el mantenimiento de la instalación. 

Eso sí, Bravo de Laguna ha anunciado que su gobierno busca patrocinadores privados para su financiación; ha expresado igualmente que los peritos encargados de la instalación y el sustento de la enorme bandera le han garantizado "seguridad absoluta" y que su precio no supondrá pérdida alguna para los servicios básicos que presta el Cabildo.

Personalmente, pienso que una bandera (y más aún una tan cara) no es necesaria para recordarnos que somos grancanarios ni para hacernos sentir más o menos orgullosos de ello. De hecho, en tiempos de crisis como la actual, esto hace que me dé cuenta aún más del tipo de clase política que tenemos y en qué se gastan el patrimonio público, por mucho que, teóricamente (porque vete tú a saber luego en la práctica), lo vayan a financiar a través de patrocinadores privados. Hay muchas otras mucho más importantes en las que utilizar este dinero...

martes, 6 de septiembre de 2011

Un acercamiento a Erich Von Däniken


Personalmente, tiendo a creer solamente aquellas cosas que se me demuestran o que se les arroja la suficiente luz como para resultar perfectamente lógicas y creíbles.

En este sentido, hace bastante tiempo tuve acceso a las teorías de un polémico escritor suizo llamado Erich Von Däniken a través de su primer libro, Recuerdos del futuro, que me dejó muy convencido y que ahora me gustaría comentar aquí aunque sea por encima.




No estamos solos

Para introducir todo el meollo, el autor comienza preguntándose una cuestión que seguro que a ti te ha abordado la mente en más de una ocasión: ¿estamos solos en el universo? Von Däniken responde del siguiente modo:

Empleando un telescopio ordinario, podemos divisar 1020 astros más o menos. Si asociamos un sistema planetario a una estrella de cada mil (un planteamiento cauteloso) y suponemos que pueda existir vida solamente en uno de cada mil de esos planetas que nos quedan (otro planteamiento cauteloso), aún restan 1014. Continuando con las suposiciones, si únicamente en uno de cada mil de esos planetas se encontrara una atmósfera adecuada para la vida, todavía tendremos la increíble cifra de 1011. Si aún quisiéramos seguir reduciendo a uno de cada mil, nos quedarían 100 millones de planetas para especular.

Según la deducción del bioquímico S. Miller, “la vida y las condiciones vitales en algunos de esos planetas han evolucionado posiblemente bastante más aprisa que en la Tierra. Según ese audaz cálculo, podría haber 100.000 planetas cuyas civilizaciones se han adelantado a la nuestra”.

Nuestra Vía Láctea abarca, al menos, 18.000 millones de sistemas planetarios. Suponiendo que “sólo en uno de cada cien casos un planeta gire en la oecosfera alrededor de su sol: nos quedarán todavía 180 millones de planetas […]. Sigamos suponiendo que sólo uno de cada cien planetas cobija la vida, lo cual es, por cierto, posible: tendremos todavía 1,8 millones de planetas con vida. Una suposición adicional prevé por cada cien planetas con vida uno donde viven seres con un coeficiente de inteligencia similar al del Homo sapiens. Pese a esta última conjetura, nuestra Vía Láctea aún conserva un ejército de 18.000 planetas habitados”.

“[…] Aún podemos ir más allá y hacer esta reflexión especulativa: si estuvieran habitados únicamente el uno por ciento de esos 18.000 planetas… ¡aún quedarían ciento ochenta!”.

Y esto es suponiendo que la vida solamente pueda existir en condiciones similares a las de la Tierra. “Pero, ¿acaso han de ser necesariamente como la Tierra aquellos planetas donde pueda haber vida?”. El autor suizo pone el ejemplo de las bacterias anaeróbicas, sobre las que, cuando obra cualquier porción de oxígeno, este actúa como un veneno; y existen en nuestra propia Tierra.

Recordemos, también, que todo este supuesto es solamente teniendo en cuenta los planetas de nuestra Vía Láctea; pero el Universo al completo es, teóricamente, infinito… ¿no? El que aún siga teniendo dudas sobre si estamos solos en el universo, que me avise…


“<<Dioses>> y hombres se emparejaron gustosamente”

Una de las principales (y más discutidas) teorías de Von Däniken presta especial atención a la evolución del ser humano y a la Biblia.

Resumiendo muchísimo, esta teoría del autor afirma que unos seres del espacio (más evolucionados que nosotros, evidentemente) nos visitaron en la antigüedad. Experimentaron con nosotros (algo que probablemente nosotros también haríamos si encontrásemos una civilización inferior en otro planeta) y supuestamente aceleraron la evolución del ser humano (u homínidos) de entonces fecundando a las mujeres (de ahí que estemos tan avanzados con respecto al resto de animales terrestres).

Para probar este supuesto, Von Däniken ejemplifica con pasajes de la Biblia (por ejemplo, ¿por qué siempre se habla de “Dioses” [en plural] o se describen claramente naves espaciales?) o con muchas construcciones de la antigüedad (muchas de ellas, construidas para ser vistas desde el cielo) que incluso hoy en día sería casi imposible llevar a cabo.


El misterio de las pirámides

Un ejemplo de esto último son las pirámides de Egipto. Aunque mucha gente lo desconozca, su construcción es considerada un misterio. Tal y como explica Von Däniken en el libro, es imposible que la población egipcia de entonces las construyese; no me voy a extender ahora mismo en el por qué, aunque voy a aclarar que, entre otras cuestiones, se basa en las provisiones que había, los recursos, etc.

Pero no solamente eso… Tomemos como ejemplo la pirámide de Cheops: “[…] su altura en metros multiplicada por mil millones equivale a la distancia Tierra-Sol, es decir, 149.504.000 kilómetros. ¿Debemos atribuir eso a la casualidad? ¿Y es también casual que el meridiano que pasa por el vértice de la pirámide divida en dos partes exactamente iguales continentes y océanos? ¿Y es casual que la superficie de su base dividida por el doble de la su altura dé el famoso valor pi de Ludolf: 3,1416? ¿Es casual que se encontrara allí un cálculo sobre el peso de la Tierra? ¿Es casual que el suelo rocoso donde se asienta la edificación esté exactamente nivelado?”.

De estas y otras muchas cosas similares habla Von Däniken, y utiliza ejemplos parecidos sacados de sus investigaciones para argumentar sus teorías. Al que esté interesado en el tema, recomiendo empezar con el libro que cito en esta entrada: Recuerdos del futuro, que es su primera obra. Particularmente, y aunque nunca podemos estar seguros de nada al cien por cien, a mí este señor me dejó muy convencido y busco continuar con la lectura de sus teorías, ya que de momento solo me he leído el ya nombrado.