miércoles, 12 de junio de 2013

Superman en el cine (II)

En cierta ocasión leí que Superman III (1983) fue una mala idea bien ejecutada y que Superman IV (1987) era lo contrario, una buena idea mal ejecutada. Y lo cierto es que estoy bastante de acuerdo con esta afirmación.

Dicen que lo importante no es lo que cuentas, sino cómo lo cuentas. Y tal vez eso sea lo poco que puede salvarse de la tercera parte. En este sentido, probablemente se equivocaron al añadirle a la película unas dosis de humor, sobre todo de la mano de Richard Pryor.

La cuestión es que la idea general del filme, en gran parte, deja mucho que desear. Sin embargo, aún así, resultó ser una película considerablemente entretenida, a pesar de que el argumento en sí hace aguas en casi todos sus tramos. A la mitad de metraje, Superman se vuelve malvado al entrar en contacto con un tipo especial de kriptonita y acaba desdoblándose y luchando contra sí mismo, venciendo finalmente la parte buena del superhéroe; no se puede negar que esta escena está bastante bien, y es una pelea que resulta interesante ver, aunque la causa no tenga ni pies ni cabeza.

También hay otros aspectos por los que la cinta merece la pena, como ver a Clark volver a Smallville o su pequeño idilio con Lana Lang, interpretada por Annette O'Toole, que curiosamente luego hizo el papel de Martha Kent en la serie Smallville.

Sea como fuere, en su mayoría, es un largometraje que resultó bastante fallido, aunque es innegable que de él se pueden rescatar algunas cosas.

En lo que a Superman IV: En busca de la paz se refiere, hay que reconocer que la idea general no es nada mala: el hombre de acero decide acabar con todas las armas nucleares estrellándolas contra el Sol, mientras Lex Luthor aprovecha para crear un doble del superhéroe con el fin de tratar de derrotarlo.

No obstante, a pesar de esta buena trama, la forma en que se llevó a cabo no estuvo para nada a la altura, y tiene algunos momentos realmente pésimos en todos los sentidos. Por ejemplo, en un momento dado, el villano lleva a Lacy Warfield a la Luna y ella es capaz de estar allí sin ningún tipo de traje y respirar como si nada; patético.

De hecho, probablemente, casi lo único bueno que se puede sacar de esta película es el poder ver al mítico Christopher Reeve en su última interpretación de Superman.


En el año 2006, con la llegada de Superman Returns, se acababa la larga espera de los fans del hombre de acero tras muchos años sin verlo en el cine. El filme, que continuaba la historia de Superman II sin tener en cuenta las otras dos secuelas, prometía ofrecer a las nuevas generaciones un Superman que se adaptara a una exigente, y muy distinta, nueva época.

Sin embargo, aunque cinematográficamente es una cinta prácticamente perfecta y tiene unos impresionantes efectos especiales y algunas escenas increíbles como la del rescate del avión, le falta acción, ritmo y la visión modernizada que aportan hoy día las películas de superhéroes que tanto éxito tienen, en especial la trilogía del caballero oscuro de Christopher Nolan. Pero esta, para bien y para mal, casi se puede decir que es un remake de la Superman de Richard Donner, pues el guión sigue más o menos la misma tónica, solo que esta vez es más a lo bestia. Podemos considerarla un buen homenaje a la cinta de 1978, pero lo cierto es que es un filme que, precisamente por sus carencias, no tuvo buena acogida por parte del público ni de la crítica. Fue un gran chasco, sobre todo para los fans.

En definitiva, fue una película muy bien hecha pero que, por desgracia, no supo adaptarse ni al cine de superhéroes ni al público actuales.

Y exactamente eso es lo que se espera que logre El hombre de acero. Tras siete años de espera, por fin vuelve Superman al cine; se especuló con que habría una secuela de la película de 2006, pero, afortunadamente, se optó por un reinicio en la concepción del personaje, con las garantías que ofrece que el propio Christopher Nolan esté involucrado en el proyecto. Queremos un Superman como el Batman de Nolan, y ya queda poco para comprobar que, efectivamente, el mejor de los superhéroes tendrá la mejor de las películas, de la que, por cierto, ya se ha confirmado oficialmente que tendrá una secuela. La cosa tiene muy buena pinta; en tan solo nueve días (muchos afortunados, antes) lo podremos asegurar.


martes, 11 de junio de 2013

Superman en el cine (I)

Ya no queda nada. Ayer fue la premiere y este viernes se estrena en Estados Unidos la esperadísima película de El hombre de acero, así que, qué mejor momento para echar la vista atrás y hacer un pequeño análisis de las otras películas de Superman de la gran pantalla.

Superman (1978) tenía una premisa: hacer creer al espectador que un hombre realmente puede volar. Y, desde luego, lo consiguió, pues además supuso un antes y un después en el terreno de los efectos especiales en el mundo del cine, que fueron entonces una auténtica revolución y dejaron boquiabiertos a todos. Sin lugar a dudas, fue también la mejor película de superhéroes que se había hecho jamás y Christopher Reeve se convirtió en el Superman de toda una generación, que asimismo hizo un gran papel interpretando tanto al superhéroe como a su álter ego, un Clark torpe que, indudablemente, bordó. Igualmente, tampoco podemos olvidar la maravillosa banda sonora que la acompaña, que todo el mundo reconoce y que forma parte de su historia.

El filme en sí empieza como tiene que ser, contando los orígenes del personaje. Podemos ver el aspecto que tenía el planeta natal del hombre de acero, cómo y por qué explota y a sus progenitores enviando al pequeño Kal-El a la Tierra para que pueda sobrevivir. Todo narrado maravillosamente y, encima, con la impresionante interpretación del ya fallecido Marlon Brando como Jor-El.

Posteriormente, vemos la llegada del bebé a nuestro planeta y cómo crece en Smallville adoptado por los Kent, descubriendo sus poderes y sintiéndose diferente al resto. Después, tras la muerte de Jonathan, Clark construye la Fortaleza de la Soledad y se convierte, por fin, en Superman.

Tras esto, viaja a Metrópolis y lo vemos en su primer día como periodista en el Daily Planet. Al poco, llega su primera actuación como Superman, en una escena memorable salvando a Lois Lane.


Este es, probablemente, un punto de inflexión en la película. Todo lo que vemos hasta este momento es prácticamente perfecto. No obstante, a partir de aquí, empieza a decaer un poco, pues el filme parece estar completamente al servicio del personaje. Prácticamente lo único que ocurre es que lo vemos volar de un sitio a otro sin que avance demasiado el argumento. Y, desde luego, el peor momento llega cuando, para solucionarlo todo, el hombre de acero decide hacer retroceder el tiempo dando vueltas alrededor de la Tierra. Sin lugar a dudas, el gran fallo de este largometraje, pues si Superman era capaz de hacer esto, ¿por qué no lo hizo desde un principio y evitó el problema antes de que sucediese? En cualquier caso, el error reside en que pueda hacerlo, pues si así es, ya no habría retos para él y cualquier historia dejaría de tener sentido si todo se resuelve con volver atrás en el tiempo y evitarlo.

En cualquier caso, en resumen, es un filme que incluso hoy en día, teniendo en cuenta la época en que se realizó, sorprenderá a más de uno, y no cabe duda de que en su momento fue todo un acierto. A grandes rasgos, una obra maestra.

Dos años después llegaba a los cines Superman II. Esta vez, el gran punto a favor de la cinta fue que el superhéroe se enfrenta a unos enemigos con sus mismos poderes; en definitva, unos villanos a su altura.

El General Zod, acompañado por Ursa y Non, llega a nuestro planeta por un error del propio Superman. Antes de que Clark se dé cuenta de la presencia de Zod en la Tierra, toma la decisión de contarle a Lois quién es realmente y se desprende irreversiblemente de sus poderes para poder estar con ella. Mientras tanto, los tres kriptonianos escapados de la Zona Fantasma causan todo tipo de desastres a la vez que reclaman al hombre de acero para vengarse de su carcelero, Jor-El, a través de él.

Cuando Clark es consciente de lo que está ocurriendo, hace lo imposible para recuperar sus poderes. Una vez lo logra, vuelve como Superman y salva a Metrópolis de la tiranía del General Zod, engañándolo y derrotándolo en una inolvidable escena en la Fortaleza de la Soledad.


En general, y vista en conjunto, es una película más entretenida que la anterior, pues mantiene un buen nível de principio a fin, aunque la primera parte de su predecesora era insuperable.

Continuará...

domingo, 9 de junio de 2013

¿Eres tío y no lo sabes?

Me acabo de enterar de que soy tío. Buscando información sobre la nomenclatura de los parentescos, me doy cuenta de que me he pasado la vida equivocado, igual que todas las personas con las que he hablado del tema al respecto. Me explico: ¿qué parentesco crees que tienes con el hijo de tu primo? ¿Crees que es tu primo segundo? Pues si la respuesta es sí, estabas equivocado; resulta que se trata de tu sobrino segundo. 

De este modo, para tu sobrino segundo, tú eres su tío segundo. Entonces, ¿quién sería mi primo segundo? Pues el hijo de mi tío segundo. Ciertamente, tiene más lógica así que de la manera en que siempre había pensado que era. No sé si es un error muy extendido, ni si también tú te acabas de enterar, pero lo que puedo asegurar es que todas las personas con las que en algún momento he hablado del tema (ya sea directa o indirectamente) pensaban igual que yo, hasta que ahora mi hermano (gracias, Javi) me dio a conocer la verdad.

Puedes hacer click aquí para comprobarlo y, quién sabe, tal vez descubras que hay otras nomenclaturas de los parentescos en las que estabas en un error. Yo, desde luego, me acabo de enterar de que desde hace años soy tío; segundo, eso sí, pero tío al fin y al cabo.