viernes, 9 de junio de 2017

No mires para otro lado

Desde hace un tiempo quiero escribir una entrada para expresar mi opinión acerca de Por trece razones (en inglés, 13 reasons why), una serie que ha estado rodeada de controversia desde que se estrenara el pasado mes de marzo. Recientemente, con la noticia de un joven que se suicidó dejando antes unos audios en su ordenador, la polémica se ha reavivado. Y, de paso, yo me he decidido por fin a escribir unas líneas para dar mi visión sobre la primera temporada de este producto original de Netflix.

Para empezar, me gustaría contar lo que me parece Por trece razones a nivel cinematográfico, por así decirlo. Tengo que reconocer que la trama me ha enganchado como pocas, algo que personalmente valoro mucho en una serie. Tiene drama, romance, intriga y es muy entretenida, y cada capítulo te deja con muchas ganas de ver el siguiente. Además, las actuaciones son buenas, considero que está bien rodada y la banda sonora me encantó (a destacar, el tema The night we met, de Lord Huron, todo un descubrimiento).

Pero más allá de todo esto, hay que abordar los temas que trata, como el bullying, además del mensaje que quiere lanzar, que es donde nace toda la polémica. A partir de aquí, esta entrada contiene SPOILERS, puesto que voy a nombrar partes concretas de la trama. Así pues, si continúas leyendo, lo haces bajo tu responsabilidad. De hecho, es probable que no entiendas algunas de las referencias si no has visto la primera temporada al completo. Allá vamos.


He leído en numerosas ocasiones que esta serie induce al suicidio y que lo presenta como algo atractivo, que Hannah es melodramática y no tenía motivos suficientes para suicidarse, que la protagonista deja una losa muy grande sobre los destinatarios de las cintas... y muchas más sentencias de esta índole. En mi humilde opinión, los que han entendido así la serie es porque han malinterpretado completamente el mensaje que quiere mandar.

Vayamos por partes. Por trece razones trata sobre el bullying, la incomprensión, la soledad, la depresión y demás estados o circunstancias que en nuestro planeta llevan a mucha gente a quitarse a la vida cada día. Y habla de todas estas cosas a través de diferentes ejemplos (trece, para ser exactos) en los que pueden presentarse (discriminación, acoso, violación, etcétera). No es que Hannah decida cortarse las venas por alguna de estas razones en particular, sino por todas ellas en su conjunto y por la depresión en la que estaba sumida a causa de ellas. Eso es lo que respondo a los que dicen que Hannah Baker no tenía suficientes motivos para suicidarse.

Pero aquí hay que hacer una matización: dejando a un lado la eutanasia, ¿de verdad alguien cree que algún motivo es bueno para quitarse la vida? Lo siento, pero no. La frase "(no) es motivo suficiente para suicidarse" no va conmigo; ni debería pronunciarla nadie. Por el simple hecho de que hay que ser optimistas: de todo se sale. No estoy diciendo que los que tomen la decisión de suicidarse sean unos cobardes (o unos valientes, según a quién le preguntes), para nada, porque no quiero entrar en ese debate. Lo que estoy diciendo es que ante la vida y las circunstancias que se nos presenten hay que adoptar una actitud positiva y ser conscientes de que todo tiene solución. Nada más. De hecho, en la serie dejan caer que, a pesar de todo, la decisión de Hannah de poner fin a su vida no fue la correcta; más claro, el agua.

Dicho lo cual, cabe preguntarse entonces por qué la protagonista decide hacerlo. Para mí, la respuesta es sencilla: porque cada persona es un mundo. ¿Que el de Hannah es un personaje melodramático? Estoy de acuerdo hasta cierto punto. Pero, ¿y qué? ¿Por ser una chica melodramática eso significa que sus problemas son (con perdón) una mierda y hay que minimizarlos? Para ella son importantes, porque le afectan, y eso es lo que verdaderamente importa. En la vida nos encontramos con personas melodramáticas (mucho más de lo que lo es Hannah), y en especial en la adolescencia, una etapa particularmente complicada. ¿Qué vamos a hacer en un caso así? ¿Decir que un determinado adolescente es melodramático y pasar de él o ella y de su problema? Porque estoy seguro de que más de uno, en el mundo real, se habrá quitado la vida por un caso parecido a tan solo uno de los trece que afronta Hannah. Y no me extrañaría que su entorno haya ignorado su sufrimiento en la mayoría de los casos.

Este es, a mi modo de ver, el principal mensaje que manda la serie: no mires para otro lado. Cada persona tiene su manera de afrontar las cosas, y por mucho que para nosotros su preocupación pueda parecer una "chorrada", eso no significa que tengamos que ignorarla; al contrario: necesita ayuda. Yo no me imagino diciéndole a alguien (ya sea amigo, familiar, conocido, etcétera) que su problema es una tontería, y ni mucho menos pensaría que es un melodramático y pasaría un kilo. Hay que actuar. Y más aún en una etapa como la adolescencia.

Pero, claro, aquí la culpa no la tiene solamente quien desoye o minimiza el problema de una persona, sino sobre todo la que se lo ha causado: el acosador (en todas sus formas). Ellos tampoco pueden mirar para otro lado, yéndose de rositas como si no hubieran hecho nada malo. Tienen que aprender. Y para ellos va también el mensaje de la serie, que en este caso lo manda directamente la propia Hannah a través de las cintas. Desde el menos culpable (Clay) hasta el que más, lo que les está queriendo decir es que, la próxima vez, o no hagan lo que hicieron o no miren para otro lado. Les está dando una lección para que ninguna otra persona vuelva a sufrir lo que sufrió ella. La única losa con la que les carga es con la de la responsabilidad de sus actos y las consecuencias que pueden traer. Que sean conscientes de ello y que no vuelvan a cometer esos errores, porque no saben hasta qué punto le puede afectar a otra persona. Y luego está el caso particular de Bryce, que es el más grave y debe pagar por lo que hizo, claro.

Finalmente, en cuanto a la afirmación de que Por trece razones induce al suicidio o que lo presenta de una forma atractiva, solo voy a decir una cosa: échenle (si no lo han hecho ya) un vistazo a la escena del suicidio, una secuencia tan fuerte como necesaria. Y es necesaria, entre otras cosas, porque si, después de ver esa escena, alguien sigue pensando que el suicidio es mostrado como algo apetecible, apaga la luz y vámonos. Y aquí tengo que volver a traer a colación la noticia del chico que se quita la vida no sin antes dejar unos audios en su ordenador. ¿Que la idea de los audios la sacó de la serie? Seguro. Pero esta persona tenía pensado suicidarse igualmente, aunque no la hubiera visto. No me quiero meter mucho en este 'fregao', porque ni soy psicólogo ni psiquiatra, pero yo creo que si alguien tiene decidido quitarse la vida, lo va a hacer sí o sí. ¡O no! Porque nosotros, a lo mejor, podemos impedirlo. ¿Cómo? Para empezar, y volviendo al mensaje que, a mi entender, lanza la serie, no mirando para otro lado.

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